Consejos
¿Cómo conducir con lluvia intensa?

Conducir con lluvia intensa, es una de las mayores situaciones de riesgo en la seguridad vial. Estar en medio de la carretera y poco a poco, una pequeña llovizna va incrementando su fuerza hasta convertirse en un verdadero diluvio.
Esta situación repetida diariamente en las carreteras, no debería tener mayores consecuencias, si sabemos como actuar bajo estas condiciones. Las lluvias, producen anualmente más de 10 mil accidentes viales en toda España, según datos de la Dirección General del Tráfico.
¿Qué riesgos tiene la lluvia intensa en la conducción?
Parte de los riesgos que involucra la lluvia en la carretera, son principalmente:
Baja la visibilidad
Las gotas de lluvia en el parabrisas, unidas con las luces de la carretera y de los otros coches, producen lo que se conoce como “efecto prismático”. Esto quiere decir que los haces de luz, sufren una refracción, lo que causa cegueras temporales.
La luz, se refleja hacia el interior del coche e impide la visión periférica y frontal. Esto puede causar retrasos en los tiempos de reacción del conductor.
Falta de agarre y aquaplaning
El agua, produce una capa superficial en la carretera, que impide el correcto agarre de los neumáticos. Con la mínima capa, se puede producir lo que se conoce como aquaplaning o hidroplaneo.
Si el agua no es evacuada de manera eficiente de la banda de rodadura, el neumático puede perder la superficie de agarre con el pavimento, transformando al coche, literalmente, en un trineo.
Este planeo en agua, ocasiona que el coche pierda la capacidad de frenar eficientemente, alargando la distancia de frenado y que se pierda la gobernabilidad de la dirección del vehículo.
El agarre en curvas, suelos irregulares o sinuosos, puede producir derrapes, colisiones, salidas de la carretera y volcamientos.
Mayor distancia de frenado
Con la lluvia, el tiempo entre pisar el pedal del freno y detener el vehículo, puede ser hasta el doble que en condiciones secas.
Se estima que a 100 km/h, cada segundo que tardemos en reaccionar, puede aumentar en 30 metros la distancia de frenado.
Un segundo factor que incide en la distancia del frenado, es la condición de la carretera. Aplicar los frenos a tiempo, no garantiza siempre un frenado eficiente.
Cuando frenamos, detenemos la marcha de los neumáticos, esto reduce significativamente la capacidad de evacuar agua de la rueda. Esto provoca un efecto deslizante que puede hacer que el coche recorra hasta 40 metros más de frenado.
Obstáculos, imprevistos y barreras
Derrapes, frenadas intempestivas, colisiones y otras situaciones de los coches delanteros o traseros, puede afectarnos de manera pasiva, aún cumpliendo a rajatabla las normas y regulaciones de tráfico.
Las lluvias, traen consigo una serie de factores adicionales. Caídas de ramas, señales o derrumbes, pueden ser factores añadidos a una lluvia intensa.
Esto puede ocasionar barreras en la vía, colisiones o hacer que tengamos que aplicar maniobras evasivas riesgosas.
¿Qué hacer en una situación de lluvia intensa?
Muchas veces, podemos prever que un temporal se acerca y posponer nuestra salida en el coche. Lo primero es intentar elegir y montar los mejores neumáticos de lluvia posibles.
Una pequeña lluvia, se puede transformar en segundos en una tormenta con vientos huracanados y arrastre de sedimentos en la carretera. Esto puede tomarnos por sorpresa y sin posibilidad de parar.
Entonces, debemos seguir nuestra marcha, por lo menos hasta encontrar un sitio seguro de resguardo. Mientras tanto, debemos seguir los siguientes consejos:
1. Reducir la velocidad
Como bien sabemos, a mayor velocidad, mayor riesgo en una lluvia. La velocidad se establece como una relación entre distancia/tiempo.
Cada kilómetro por hora que aumente la velocidad del coche, aumentamos en 5 metros la distancia de frenado.
Por lo tanto, debemos evitar los excesos de velocidad y respetar los límites impuestos en carreteras y autovías.
2. Aumentar la distancia entre coches
Debemos ganar distancia con los coches delanteros. Esto permitirá tener una mayor capacidad de reacción en caso que debamos aplicar alguna maniobra evasiva o de frenado.
3. Conducir a la defensiva
La conducción agresiva, no es lo más recomendable en un temporal. Debemos tener en mente que nuestro objetivo es salvaguardar nuestra seguridad y salir del riesgo lo antes posible.
4. Eliminar distracciones
El móvil, GPS y otros elementos de distracción, deben dejarse de lado y enfocarnos totalmente en la conducción. Cada segundo que tardamos en responder ante una eventualidad, aumenta significativamente el riesgo de accidentes.
5. Ponerse a resguardo
En la medida de lo posible y siempre que las condiciones de seguridad estén dadas, es una buena medida de seguridad, parar y esperar a que pase el temporal. Aprovecha este tiempo para tomar un buen café caliente o relajarte hasta que lo peor pase.
Recuerda que llegar sano y salvo a casa, es la prioridad número uno en la conducción con lluvia. Guardar tu seguridad y la de los demás, siempre debe estar de primero en tu lista de prioridades.
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