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Qué factores pueden hacer que aumente la distancia de reacción

Un solo metro de distancia puede marcar la diferencia entre que una situación comprometida al volante se quede en un simple susto o derive en un grave accidente, especialmente si de por medio hay un peatón. De ahí la importancia de conocer qué factores pueden hacer que aumente la distancia de reacción y la de frenada.
Qué es la distancia de reacción
Pero exactamente, ¿a qué se denomina distancia de reacción? Pues a la distancia que un vehículo recorre desde que su conductor percibe que debe emplear los frenos hasta que pisa el pedal correspondiente.
¿Y de cuántos metros hablamos? En ese sentido, y según indica la DGT, de media transcurren unos 0,75 segundos desde que quien conduce detecta el peligro hasta que llega a su pie la señal neurológica de pisar el pedal de freno.
Por tanto, la distancia de reacción depende proporcionalmente de la velocidad a la que se esté circulando en el momento de la incidencia que requiere frenar. Veamos algunos supuestos en los que un vehículo circula a distintas velocidades:
- Velocidad de 50 km/h: esto equivale a 13,89 metros/segundo. Por lo tanto, en 0,75 segundos el vehículo recorrerá 10,41 metros.
- Velocidad de 90 km/h: o lo que es lo mismo, 25 metros/segundo. A esa velocidad, en tres cuartos de segundo se recorrerán 18,75 metros.
- Velocidad de 120 km/h: equivalente a 33,33 metros/segundo. La distancia exacta de reacción en este caso es de 25 metros.
- Velocidad de 150 km/h: hablamos de 41,67 metros/segundo. Y en 0,75 segundos el vehículo se desplazará 31,25 metros antes de que se toque el pedal de freno.
Añadimos que la distancia total recorrida desde que el conductor detecta una situación que requiere emplear los frenos hasta que consigue detener el vehículo es la suma de la distancia de frenado y reacción.
Y la distancia de frenado no es tan fácil de calcular como la de reacción, puesto que, además de la velocidad, depende de múltiples factores, caso de:
- El peso del vehículo.
- La sofisticación y efectividad del sistema de frenos.
- El estado y la tipología de los neumáticos.
- La presencia de agua, barro, gravilla, nieve o hielo en el asfalto.
- El estado de conservación del firme.
Factores relacionados con el conductor
Volviendo a la distancia de reacción, esta puede aumentar exponencialmente bajo ciertas circunstancias relacionadas con el conductor y con algunos factores externos.
Respecto del conductor, estas son las circunstancias que provocan un notable incremento del tiempo y la distancia de reacción:
Fatiga y sueño
La fatiga influye negativamente en la capacidad de atención y en los reflejos del conductor, incrementando el tiempo de reacción.
Y si a la fatiga se le suma el sueño, peor que peor. Por no hablar del riesgo fatal de que el conductor se duerma al volante.
Distracciones al volante
A modo de ejemplo, una mínima distracción de 3 segundos (lo que se tarda en echarle un ojo a un mensaje de WhatsApp) provoca que el tiempo de reacción aumente hasta los 3,75 segundos.
Aplicado al supuesto anterior del vehículo que circula por autopista a 120 km/h, eso significa que… ¡la distancia de reacción sería de 124,98 metros!
Consumo de sustancias
Y cuando decimos sustancias, nos referimos a todas aquellas que tienen algún tipo de efecto psicoactivo en sus consumidores:
- Drogas.
- Bebidas alcohólicas.
- Medicamentos con efectos tranquilizantes o sedantes.
Finalmente, la edad del conductor también influye en su capacidad de atención y en sus reflejos; a más edad, mayor tiempo y distancia de reacción.
Factores relacionados con el vehículo
Respecto al propio automóvil:
Estado de los neumáticos
Lo cierto es que el estado de los neumáticos no influye directamente en la distancia de reacción, puesto que en ese lapso de tiempo aún no se ha iniciado el proceso de frenado. Pero aun siendo así, pensamos que es conveniente mencionarlos.
¿Por qué? Porque son un elemento que es vital para reducir al máximo la distancia efectiva de la frenada, una vez se ha accionado el pedal de freno.
Sistemas de frenado
Lo mismo aplica para los sistemas de frenos: su efectividad y estado de funcionamiento son decisivos para un frenado seguro y efectivo.
Tecnologías de asistencia al conductor
En este caso, sí que se trata de un factor que puede reducir al mínimo la distancia de reacción: los sistemas de asistencia al conductor detectan incidencias que requieren emplear los frenos en tiempo real, avisando al piloto o actuando en consecuencia.
Y no solo eso, puesto que las tecnologías de asistencia más avanzadas pueden incluso prever las situaciones de riesgo antes de que ocurran e incluso ejecutar un proceso de frenado preventivo de forma inmediata y automática.
Factores externos que influyen en la distancia de reacción
¿Y cuáles son los factores externos que tienen incidencia en la distancia de reacción? Principalmente, los que siguen:
Condiciones meteorológicas
La lluvia copiosa, las precipitaciones en forma de nieve y la niebla densa dificultan notablemente la visión, lo que hace que el conductor tarde más en percibir una situación imprevista o de riesgo.
Por tanto, ha de sumarse ese tiempo al de reacción, lo que se traduce directamente en una mayor distancia de reacción. Además, los fenómenos meteorológicos susceptibles de humedecer, encharcar o helar el firme son doblemente peligrosos porque pueden reducir la efectividad del proceso de frenado, una vez que se ha iniciado este.
Iluminación y visibilidad
Como en el caso anterior, el conductor también tarda más en detectar o anticiparse a los riesgos cuando circula de noche por vías sin iluminación o insuficientemente iluminadas.
Esa capacidad de detección de riesgos puede reducirse aún más si los sistemas de iluminación del automóvil son muy obsoletos, han sufrido daños o funcionan mal.
Estado de la carretera
En las carreteras en mal estado el conductor ha de estar permanentemente pendiente de la presencia de baches, socavones o de elementos deslizantes como charcos, barro y gravilla.
Esa concentración especial en detectar y sortear esos elementos deriva en una disminución de la atención al resto de circunstancias del tráfico rodado y, por tanto, puede provocar una reacción tardía ante una situación que requiera frenar.
Cómo reducir la distancia de reacción al conducir
De lo anteriormente expuesto se deduce lo que hay que hacer para reducir al mínimo la distancia de reacción. Conque resumamos:
- Evitar cualquier tipo de distracción, lo que incluye el teléfono móvil, los sistemas de audio, la pantalla interactiva del vehículo, las conversaciones con los acompañantes e incluso el propio paisaje.
- Circular a velocidades moderadas, puesto que la distancia de reacción es directamente proporcional a la velocidad a la que se circula.
- No consumir bebidas alcohólicas, drogas, ni fármacos con efectos tranquilizantes o sedantes.
- Dormir lo suficiente antes de ponerse al volante, muy especialmente si se va a hacer un viaje largo.
- Detener el coche cuando aparece la fatiga. En tal caso, se recomienda estirar las piernas y respirar aire fresco. En caso de somnolencia intensa, la decisión inteligente es interrumpir la ruta y descansar unas horas o, si es posible, que un pasajero y el conductor intercambien sus puestos.
Y ahora que ya hemos explicado qué factores pueden hacer que aumente la distancia de reacción, desde Muchoneumático.com insistimos en la importancia de que tampoco aumente la distancia de frenado. Huelga decir que para ello, es imprescindible que el vehículo esté calzado con unos neumáticos de buena calidad y en perfecto estado.
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